jueves, 11 de agosto de 2011

Como encendida

El tema del momento (que suena en las radios de mi cabeza) es cómo hacer una tesis mientras:
- se trabaja (en varios trabajos)
- se estudia (lenguaje musical)
- se chatea (un mal hábito)
- se sale (todos los fines de semana)
- se investiga (otra cosa)
- se entrena
- se ensaya

Evidentemente es imposible. La solución momentánea ha sido alternar ausencias (premeditadas) para dedicarle, al menos unas horas a la semana, una porción de un cerebro autoexigido.

La conclusión ha sido exitosa. Piano piano va lontano.
La información crece indefinidamente por los bordes de todo. Estoy buscando un paraguas que la contemple.

martes, 2 de agosto de 2011

Contradicción

Un jueves frío como los que vienen ocurriendo, fuimos a la cooperativa en cuestión y nos hicieron esperar en portería. Mientras esperábamos, un grupo de alegres estudiantes de trabajo social advinieron inoportunamente. Y digo "inoportunamente" porque ese día, por increíble que pueda parecer, ese día, nosotras habíamos pautado una cita, cita que pensábamos sería exclusiva. Pero, visto y considerando que no fue así, todo se convirtió en una reunión compartida. Y si bien esto podría verse como una posibilidad colectiva de construcción, debo admitir que no me hizo gracia. Y no me hizo gracia estar, después de 2 o 3 años (ya perdí la cuenta), al mismo nivel que nóvismas estudiantes de trabajo social que acuden por obligatoriedad. Sí, la tesis también es obligatoria, pero hay un magma de posibilidades...
La cuestión es que, como puede quedar levemente expresado, estas estudiantes estaban desayunándose algunos temas claves del cooperativismo, con pretensiones de salvar al mundo, sí, las mismas e ingenuas razones que nos motivaron inicialmente a lanzarnos a esta experiencia. Yo tenía chipá en el bolso, pero no les convidé. No me hizo gracia compartir. ¿Será una contradicción?
No he podido dejar de decirlo. No veo cuál es la gracia.

viernes, 8 de julio de 2011

Dimensión del abismo

Es julio, primeros días. Todo colabora con la posibilidad de terminar la tesis, menos nuestros atemorizados cerebros procreadores de textos. Es julio y en septiembre todo debería estar redactado, gestionado, terminado. Lejos parecía septiembre y apenas restan dos meses incompletos.
Ayer fue toda una hazaña decirle basta al primer y segundo capítulo del gran texto gran. La imaginación es abominable frente a las posibilidades de reanudar lo lógico y posible en las actuales condiciones. En sencillas palabras: no es lo que habíamos soñado, pero es real.
Es difícil hacer una tesis.
Más difícil es que sea como la imaginaste.
Más difícil aún es acabarla.

lunes, 4 de julio de 2011

preside con fe

Resultó ser que, alegremente, el candidato que ganó el rol de presidente es "nuestro" candidato. Motivo éste que nos excusa de forma irreversible a darle rienda y galope a la tan esperada tesis que tiene más expectantes que páginas escritas.
El martes pasado presentamos ante EL PRESIDENTE el proyecto de comunicación interna para la cooperativa en cuestión. No hubo efusividad del otro lado, sino una mansa y acogedora respuesta positiva y un diálogo parsimonioso y cargado de fe.
Podría decirse que estamos en condiciones óptimas de lanzarnos a la travesía de la gestión comunicacional con menos idealismo que el inicial, pero fuerte apoyo y simpatía de los trabajadores en cuestión.
Luego de esta conversación casi mítica, intercambiamos varios mates con el grupo de mantenimiento. Hubo opiniones sinceras, prejuicios, pero ninguno venía a razón del marco organizacional. Eran simplemente el producto del vínculo gestado hace más de un año.

viernes, 24 de junio de 2011

Cuando casi estuvo listo el primer capítulo

El gran tema de las ideas creativas no es su concepción sino su ejecución.
Cuando se ha dicho (y decir es inevitablemente comprometerse) que una hará tal o cual cosa, renunciar sería terriblemente frustrante. Pues bien, a falta de una tesis decidimos escribir dos. Una tesis del deber ser y una tesis del querer ser.
La tesis del deber ser es lo que todo el mundo conoce como una tesis y ya. Academia, altas dosis de teoría y rebusque, marañas conceptuales, deserción total de la poesía.
La otra, la que el psicoanálisis tildaría de "ello", es "todo lo que no he podido decir antes pero igualmente quiero decirlo" (lado b).
Hoy ha sido un día productivo. No tanto por la cantidad de líneas que se han dejado escribir más dócilmente, sino por la capacidad de tomar decisiones al respecto de un montón de párrafos en lista de espera.
Hoy es un día histórico. El capítulo uno de nuestra tesis tiene cuerpo. Combatimos la anemia.



jueves, 9 de junio de 2011

Ponerse la camiseta

El otro día me di cuenta que: tengo más compromiso con mis blogs que con mi tesis.
Ahora bien: me gusta mi tesis, también quiero recibirme.
Entonces ¿Cómo?
Claro, hacerme un blog sería una manera de reunir dos cuestiones disociadas y darle rienda poética a un objetivo académico y social.
Perfecto. Me gusta. Compartir a veces puede remotivarme.
Quien en algún momento de su vida, haya decidido o haya debido encarar una tesis, ha de conocer los sentimientos encontrados que esta clase de cosas nos producen. Los bloqueos, las fluctuaciones emocionales, las presiones familiares, las obligaciones laborales. Un gran magma que quema la cabeza.
Lo resumo en el título. Es la emoción del día: me pongo la camiseta, me conecto, estoy online con esto. Me manijeo y voy.